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12/04/2024

Etiqueta JDT vs DGT



(vuelvo después del parón de semana santa)



Cuando camino por la calle, en especial cuando voy sólo o paseando a mi perro, acabo irremediablemente absorto por todo lo que veo, gente, perros, edificios, coches, pintadas, letreros… Se trata de letreros “de proximidad”, es decir, de temas que atañen al barrio: conferencias en alguna biblioteca municipal, algún restaurante o bar que se inaugura, alguna mascota perdida (con o sin recompensa ofrecida), alguna pareja que se casa, partidos políticos, fiestas del barrio, alguna banda que busca vocalista, alguien que da clases particulares, cuida ancianos, compra o vende algo… detrás de cada letrero hay una historia. Cada día aparecen tantos anuncios como anuncios desaparecen, en un bucle que no tiene fin.


Un día al pasar por un coche vi una etiqueta de la DGT que suelen llevar los coches en el extremo inferior del lado del copiloto, una etiqueta que no resultó finalmente ser de la DGT sino de la JDT (“jódete”). El dueño del coche estaba “trolleando” la mismísima DGT. 



Veamos en detalle lo que hay en la etiqueta:


1. En la parte superior derecha hay un código QR que enlaza a la web de:

https://masvinilosonline.com/

una web con un variado surtido de etiquetas para poner en coches, motos, furgonetas…


2. En la mitad de la mitad derecha donde debe constar el tipo de combustible: diesel, gasolina… allá consta “Vehículo tóxico” (junto a unos números en disposición vertical)


3. En la parte superior izquierda aparece directamente la calavera del logo del cómic de Marvel “The punisher” (traducido en España como “El castigador”)


4. En la mitad de la mitad izquierda aparece el texto “100% Emisiones”


5. En la mitad inferior aparece el logo de la DGT (“Dirección General de Tráfico”) pero acompañado de las siglas JDT (conservando la misma tipografía)


6. La etiqueta en lugar de tener el fondo verde, amarillo, azul o azul/verde tiene el fondo negro (aunque en la foto parece que el fondo sea azul al salir el cielo reflejado en el cristal)



Una etiqueta desternillante sin paliativos (aunque yo no me la pondría nunca).








15/03/2024

Restaurante “La barra” (Midtown Roselló)




¿Es posible ir a un restaurante y salir con hambre? Pues si, eso  es lo que me pasó en una cena con unos compañeros de trabajo en el restaurante “La barra”. De las pocas veces que he puesto una reseña en un restaurante pero tenía la obligación moral de avisar a los siguientes clientes.


La reseña que escribí relata perfectamente y de manera resumida lo sucedido.



“Increíble. 


Intentamos reservar para el primer turno, nos recomiendan reservar para el segundo turno para poder alargar la sobremesa, por lo que finalmente reservamos para el segundo turno. Llegamos y de unas 15 mesas sólo se ocuparon 4. ¿Es que acaso debíamos abandonar la mesa en el primer turno aún no teniendo ninguna reserva esa misma para el segundo? 


Nos toman nota, observo que el camarero apunta nuestra comanda en una esquina de una hoja pequeña junto a otros pedidos de otras mesas. ¿tanto cuesta gastar una hoja por mesa? (que usen un dispositivo electrónico si quieren ahorrar papel). ¿Que pasó? Traen lo de los demás, dejo unos minutos de margen para que traigan lo mío, finalmente me levanto a reclamar mi hamburguesa y veo que la cocina ya ha cerrado, a las 11:00 y sin previo aviso. Lo normal es cerrar más tarde y avisar mesa por mesa que se cierra la cocina por si se quiere pedir algo más. Ni me ofrecieron alternativa para comer ni nada. Para compensar invitaron a los postres pero yo me quedé prácticamente sin cenar si no fuera porque me cedieron algo de sus platos los compañeros de grupo con los que iba.


Un desastre.”



Además mientras esperaba a que me trajeran mi hamburguesa veía pasar raudos los empleados vestidos de calle. Corriendo literalmente por el local en dirección a la sadida, como si fueran descalzos pisando brasas. Luego me di cuenta que esos empleados eran los responsables de cocina.


Estamos lejos aún de entender como funciona el cerebro pero una cosa parece muy clara, los recuerdos polarizados son los más persistentes. El cerebro suele guardar en su memoria episódica los recuerdos muy malos y los recuerdos muy buenos. Y me temo que de esto me voy a acordar toda la vida. La vez que fui a cenar a un restaurante y salí sin cenar.








29/02/2024

…¡O qué sé yo!



Durante la semana santa del 2013 visité Zaragoza, una bonita ciudad para visitar. Vi la Basílica de nuestra señora del Pilar, las procesiones, la ciudad de la justicia, el parque de atracciones… y en un momento entre visita y visita, teníamos un tiempo libre antes de comer, cerca de nosotros vimos una pequeña entrada a un museo, el Museo del Puerto Fluvial de Caesaraugusta, por el nombre me resultaba poco intuitivo imaginar de que se trataba el museo, ¿quizás hubieran barcos?. Iba con mi hija de 7 años, la tolerancia de los niños a los museos es poca por no decir nula, así que me decanté por entrar a preguntar a ver si me decían que había en el museo.


Al entrar no había nadie, tan solo el recepcionista, el extraño diálogo discurrió de la siguiente manera:


Yo: “Buenos días, estoy de visita en la ciudad con mi mujer y mi hija pequeña de siete años, me gustaría saber de que es el museo, no se si mi hija pequeña se aburrirá y no nos dejará verlo.”


Recepcionista (con voz monocorde y cara de fastidio): “¡La de veces que me preguntan que hay en el museo! (Pausa tensa) Tengo en el cajón mi fiambrera con los cubiertos. No se si usar el cuchillo conmigo mismo… ¡o qué sé yo!”.


¡Me quedé atónito! Que palabras más inquietantes y perturbadoras. Estaba deseoso que en algún momento esbozara alguna sonrisa después de sentenciar eso, para dejar entrever que el comentario era en clave de humor negro, pero no, no hubo rastro alguno de ninguna sonrisa. A todo ello, el recepcionista iba a abrir un cajón y mi cabeza aún estaba procesando la extraña respuesta. Como en una fase de negación, estaba dudando de si realmente había oido lo que había oido, ¿sería una broma de mal gusto? me preguntaba yo.  Finalmente, abrió el cajón, metió la mano… y sacó un panfleto. Aún con cara de fastidio me explicó que el museo contenía restos arqueológicos de un antiguo enclave comercial de la época romana junto a la orilla del rio Ebro, bla, bla, bla.


Finalmente, pensé que el comentario del recepcionista se debía a un retorcido sentido del humor, por lo que nos decidimos a entrar, mi mujer, mi hija y yo. Bajamos unas escaleras para acceder a la parte inferior donde habían unos restos de muralla con unos grabados, vitrinas… pero mi cabeza empezó a rumiar el “…¡o qué sé yo!” del recepcionista. Decidí aligerar la visita, mirando de reojo las escaleras que conducían al piso superior donde atendía el recepcionista con su cara de fastidio. ¿Y si baja? ¿y si viene por alguno de nosotros? En esos momentos es cuando aflora el instinto de supervivencia en grupo, por lo que decidí que la mejor opción era refugiarme junto al resto de asistentes que estaban sentados en una sala esperando la proyección de un video. El video iba precedido de la explicación de una guía que había en el museo, pero a mitad de explicación la guía quería mostrarnos unas fotos de no se qué, una fotos que estaban en recepción. Por lo que la guía, mediante un interfono que comunicaba la parte inferior y superior, intento contactar con el recepcionista para que bajara las fotos que necesitaba. ¿Estarían conchabados? Yo no quería que bajara ese tío, me bastaba la explicación sin las fotos. El recepcionista no contestó al interfono, ¿estaría atareado? ¿estaría dándole escarmiento a alguien que hubiera entrado a informarse sobre el contenido del museo?. No podía más, vi el audiovisual y me piré. Ya me imaginaba la sección de sucesos del telediario abierta con el titular “Macabro incidente en el Museo del Puerto Fluvial de Caesaraugusta en Zaragoza”. Me imaginaba a algún periodista preguntando a conocidos del recepcionista uno de ellos contestando: “Era un tipo normal. Algo callado quizás.” otro de ellos revelando “A mi me llegó a confesar que estaba harto que entraran a preguntar de qué era el museo.”


Ni en un museo de cera ni siquiera en el museo de la inquisición de Carcassonne pasaría tanto desasosiego como pasé en ese museo. Desde estas humildes lineas tan solo me queda desear la misma suerte que tuve yo a los visitantes que me sucedieron.















16/02/2024

Sly





Últimamente los documentales que he visto son de famosos, vi el de el cantante Robbie Williams, el del empresario John McAfee… y el último que he visto es el documental del actor Sylvester Stallone (Sly) y me ha fascinado la persona que hay detrás del actor. Vi el documental hace un tiempo, con lo que ahora en mi cabeza sé que se ha quedado lo más importante aunque también alguna que otra imprecisión, seguro. 


Sylvester Stallone es lo que se suele decir “un hombre hecho a si mismo”, se crió junto a su padre y su hermano, sin una figura materna, estudió en la universidad de Miami. Amante de las películas, llegó a pernoctar en ocasiones en la calle, trabajó como acomodador de una sala de cine, llegó a escribir y protagonizar una película casera junto a su hermano, donde ambos hacían el papel de indios indígenas zombis y junto a su padre que hacía de cowboy, se trataba de una película muda sin diálogo alguno.


Sly se apuntó a una agencia de actores pero debido a su físico musculado sólo le llamaban para actuar en pequeños papeles para hacer de matón . En particular es memorable la hilarante escena del metro en la película “Bananas” de Woddy Allen. Harto de esperar a que le llamarán, decidió darse trabajo a si mismo e hizo el guión de Rocky, encontró alguien que apostara por el proyecto y que aceptara que él mismo protagonizara la película y el resto es historia. En 1976 se estrenó la película Rocky ganando tres Oscars de la academia del cine: a la mejor película, al mejor director y a la mejor edición. Después vendrían más películas: Rocky II (1979), Rambo (1982), Rocky III (1982), Rocky IV (1985), Rambo II (1985), Rocky V (1990)… entre muchas otras.


Entremedio del documental sale su homólogo y coetáneo, Arnold Schwarzenegger, que claramente se aprovechó de la estela de Sylvester Stallone, el cual el solito había conseguido redefinir por completo el género de las películas de acción. Arnold y Sly competían por aquel entonces en quien tenía más músculos, quien era más fuerte, quien sostenía con un solo brazo el arma más grande… pero muy humildemente Arnold sentencia en el documental: “no hay nadie en Hollywood que haya creado y protagonizado tres franquicias de éxito (Rocky, Rambo, Los mercenarios) con personajes tan icónicos del cine de acción”.


Te podrá gustar mucho, poco o nada la filmografía de Sylvester Stallone pero lo que no se puede eludir es el mérito de no haber permanecido quieto sin hacer nada esperando a que le llamaran para hacer de camorrista en alguna escena de alguna película.




P.D.: Durante el documental reflexiona sobre su vida, su familia, la prematura perdida de su hijo, sus múltiples lesiones de espalda, el paso del tiempo… y dice una frase muy contundente: “hasta los cuarenta años vas sumando años, pero después de los cuarenta, los vas restando”. Qué razón tiene.




26/01/2024

Por amor


Si mi mujer me preguntara algún día “¿Qué estarías dispuesto a hacer por mí por amor?” tengo bien clara mi respuesta, no lo dudaría ni un momento “¡Lo que estaría dispuesto a hacer ya lo he hecho! Dejar entrar por ti a la tuna durante el banquete de nuestra boda”. Después de eso, cualquier otra cosa que hiciera por ella sería cosa menor.


Allí estaba en el banquete de mi boda cuando Ginés, el jefe de camareros, se acercó a preguntar si accedíamos a dar paso a la tuna. Yo opino como mi padre “la tuna entra a molestar” pero ¡qué no haría por mi mujer! así que di mi consentimiento y en pocos segundos la tuna entro en tropel a dar el parche. Los integrantes no eran jovenes como cabía esperar, jovenes estudiantes con la loable intención de cantar unas canciones para costearse sus estudios. Los integrantes eran hombres ya de mediana edad, quizás fueran los padres de los estudiantes, quizás fueran re-re-repetidores, quizás fueran profesores que querían costearse el tratamiento que les permitía soportar al alumnado… ¡qué se yo!. Y hay estaban, generando vergüenza ajena y jolgorio a partes iguales entre los invitados. Cantando la ineludible triada de clásicos rancios: “Clavelitos”, “Cielito lindo” y “A mi me gusta el Pimpirimpim”, pasando la pandereta cubrir los estudios de sus supuestos hijos universitarios (al menos es lo que prefiero pensar yo). Entre canción y canción, para más inri, proferían chascarrillos del tipo “¡Pido un aplauso para el novio por venir a su propia boda!” (la madre que lo parió, encima que accedo a que entren).


Voy a disertar, ¿qué puede empujar a alguien a formar parte de una tuna?, sólo veo dos opciones:


1) Ganar dinero,

el hábitat natural de la tuna son las celebraciones multitudinarias, donde abundan comensales que  flirtean con el coma etílico, gente que en un acto de euforia es proclive a dar su dinero a la tuna, cosa que en circunstancias normales (sobrios) no harían.


2) Ligar, 

hace unos años pasé unas navidades en Montpellier y me encontré en una plaza a una tuna, estaban rodeados de jovencitas mirándoles con cara de admiración como si fueran héroes de Marvel a pesar de lo ridícula que es la indumentaria del tuno, compuesta de calzas, jubón y capa. Capa que, por otro lado, con el paso del tiempo se va nutriendo de escudos de los diferentes sitios donde la tuna ha estado arrimando la cebolleta. Y es que, con el paso del tiempo, la capa del tuno puede acabar como la puerta de una nevera, plagada de imanes de recuerdo de viajes.



Según la teoría de la relatividad de Einstein, si un gemelo viaja en el espacio a una velocidad cercana a la luz durante el tiempo necesario, cuando regresa a la tierra es más joven que el gemelo que ha permanecido en la tierra. Algo parecido sucede con la tuna, si un gemelo permanece dentro del banquete con la tuna dando el parche y otro gemelo permanece fuera, al reencontrarse, el gemelo que ha permanecido fuera es visiblemente más joven. El tiempo que permanece la tuna dando el parche se dilata hasta extremos insufribles, en especial si los tienes cantando detrás de ti (como en la foto de portada del post). Yo antes de que empiecen a cantar ya tengo ganas de que acaben, antes de que entren ya estoy deseando que se vayan. Por todo esto, no creo que haya mayor prueba de amor a mi mujer que haber accedido a dejar entrar a la tuna en el banquete de nuestra boda.








 

13/01/2024

Las bodas de oro de mis padres

 


Una vez estábamos acabando de comer en el comedor de la oficina unos compañeros de trabajo y yo. Estábamos hablando de nuestros respectivos padres y una compañera, que estaba pelando una pera, rompió su silencio para sentenciar: “yo vi a mi padre alguna vez de pequeña, nunca hizo nada por mí, de hecho esta pera que me voy a comer va a hacer más por alimentarme que todo lo que ha hecho mi padre en toda su vida”. Tras esa confesión nos quedamos sin palabras, es la historia más triste que puede sucederle a un hijo, el que alguno o ninguno de sus padres se haga cargo de él. 


Damos por hecho que todos los padres se hacen cargo de sus hijos, pero simplemente teniendo en cuenta los matrimonios que conozco ya se ve que esto no es así. Conozco unas cuantas madres sacando a sus hijos adelante sin ayuda alguna de sus maridos, muchas de ellas envueltas en encrucijadas judiciales para conseguir que el respectivo marido le pase la pensión que le corresponde para ayudar con la manutención de su hijo. Problemas de alcohol, juego, infidelidades y convivencia han roto muchos de estos matrimonios. Es evidente que con esta lacra de separaciones y divorcios cada vez menos parejas llegan a las bodas de plata y mucho menos a las bodas de oro.  


En mi meditación diaria guardo un momento de agradecimiento por todo lo que tengo, por lo que en algún momento agradezco el tener unos padres que se han hecho cargo de mi, de que no me faltara nada, desde las necesidades más básicas como puede ser un hogar, ropa, alimentación, estudios, etc., etc. hasta las menos básicas. 


Por todo ello, cuando pienso en mis padres sólo puedo sentir una cosa, gratitud.



P.D.: hay muchos motivos para estar agradecido si nos paramos a pensar, en mi caso:

Estoy agradecido de no tener ningún tipo de minusvalía (ni visual, ni auditiva…)

Estoy agradecido de tener buena salud

Estoy agradecido de tener a mi familia (mujer, hija, padres, hermana…)

Estoy agradecido de haber nacido en la época y el lugar donde nací 

Estoy agradecido por todo lo que he conseguido (mis estudios, mi casa, mi trabajo…)

Estoy agradecido de haber podido ser padre.

Etc.








29/12/2023

Estadísticas 2023 de “Mi cuaderno gran jefe”


El proyecto de llevar a cabo mi blog “Mi cuaderno gran jefe” cumple un año de edad, fue mi propósito del 2022 para este año del 2023. Voy a relatar mi experiencia. Escribir en el blog es un momento de introspección, es como cuando paseo al perro, algo que me relaja, es uno de los pocos momentos en los que me veo sumido en mi maravilloso mundo interior, el lugar donde habitan mis pensamientos y mis recuerdos. Desde que escribo en el blog noto que han mejorado mis habilidades comunicativas tanto orales como escritas y también he perdido el temor a expresar mi opinión sobre cualquier tema.

He de confesar que he estado tentado de migrar mi blog de la plataforma Blogger a Wordpress, de hecho lo intente durante las vacaciones del pasado verano, dada la nula evolución de la plataforma de Blogger. Pero fue entrar en Wordpress, volcar las entradas y simplemente para cambiar el color de fondo del blog de negro a blanco debía emplear a unas plantillas que son de pago. Esta todo muy enfocado a pagar en Wordpress, pero una cosa es pagar por un dominio, un alojamiento… y otra tener que pagar simplemente para poder cambiar el color de fondo, con lo que este tema de la migración queda aparcado.. 


Durante el primer semestre del año, hice una publicación semanal, era el propósito inicial pero se me juntaba una entrada con otra. Durante el segundo semestre, pase a una publicación quincenal (dos posts al mes) y en ese lapsus de tiempo me encuentro más cómodo para poder compaginar el blog con mis obligaciones, personales, familiares y laborales. También he procurado que el tiempo de lectura esté alrededor de los 7 minutos, creo que hacer un post más largo perjudicaría el número de lectores. 


Finalmente voy a repasar las estadísticas del blog. En los últimos 12 meses he publicado un total de 33 entradas, obtenido un total de 895 visualizaciones y 2 comentarios (me pensaba que no funcionaba el tema de los comentarios hasta que llegó el primero). Paradójicamente el día de ayer 24 de diciembre (festivo por nochebuena) fue el día con más visitas (68) del año. Lo que no me queda claro es que posts acaban siendo leídos ya que los muestro agrupados, en la pagina del blog se cargan de diez en diez pero no se si el lector se lee el sólo se lee el último o si se ha leído los 10 últimos. Tampoco se si hay lectores fieles o son lectores esporádicos. Estoy a ciegas.


Estas son las entradas más leídas. No me concuerda el número total de visualizaciones (895) con la suma de visualizaciones individuales de cada post. Veo que las entradas que tienen más visitas son las que he publicado algún enlace a ellas (en mi estado de whatsapp)  



En cuanto a los temas, el que más prolifera es el de “Recuerdos” con 17 entradas seguido del tema “Consejos” con 11 entradas. También hay otros temas como “Documentales”, “Musica”, “Productividad”… Realmente no me arrepiento de haber decidido hacer un blog de “ningún tema en particular”. Si recibo comentarios favorables o más visitas en entradas de un determinado tema, me podría plantear la posibilidad de hacer un “spin-off”, es decir, llevarme todos los post de un determinado tema a un nuevo blog.


Otra cosa que no entiendo es las ubicaciones. ¡Donde más me leen es Singapur! También me esperaba que me leyeran en América del sur donde predominan variantes del Español como lengua oficial pero veo que no es así.



Espero poder seguir publicando durante el próximo año, a un ritmo quincenal, que no es poco. Entradas por tratar no me faltan, más bien se me acumulan. He incluso intentaré tratar nuevos temas. Uno de mis propósitos es plasmar recuerdos de mi vida y poder imprimirlos en forma de libro, para que mis futuras generaciones no solo me conozcan por mis fotos y mis videos, sino también por mis pensamientos.




P.D.: Voy a aprovechar para desvelar, para quien no lo sepa, el motivo del nombre del blog “Mi cuaderno. En la novela “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole, el protagonista Ignatius J. Reilly plasma sus subversivos pensamientos en sucesivos cuadernos Gran Jefe “con los que espera algún día componer una obra magna, inmortal, que logre empujar a la humanidad de vuelta al sistema medieval”. Mis pretensiones son más mundanas, entretenerme al escribir y entretener al que lo lea, no pretendo aleccionar a nadie en nada.