Y ahí andaba yo por el año 1995, enfrentándome a las asignaturas del segundo año de carrera de la licenciatura de Matemáticas:
- Análisis matemático III
- Probabilidades
- Geometría proyectiva
- Topología
- Análisis matemático IV
- Estadística
- Geometría diferencial de curvas y superficies
- Algebra I
De la asignatura de “Probabilidades” puedo decir que fue la única asignatura en toda la carrera, la única, que con el examen suspendido por poco, fui a la reclamación y conseguí aprobar tras subirme la nota. Recuerdo vagamente el ejercicio de un grupo de ciervos separados por una valla, que saltaban al azar de un lado a otro de la valla y había que calcular la esperanza de que acabaran todos en el mismo lado de la valla. El caso es que unos pocos de los alumnos, entre ellos yo, consideramos que los ciervos saltaban todos a la vez obteniendo un resultado distinto. El profesor consideró la solución como incorrecta a estos pocos alumnos (entre ellos yo). Con lo que lógicamente le pregunté al profesor por qué estaba esta mal la solución según este planteamiento, y como no supo razonar por qué estaba mal la solución no le quedó más remedio que considerar la respuesta como buena, lo que me permitió subir la nota lo suficiente como para acabar aprobando la convocatoria. Recuerdo salir del despacho del departamento flotando en el aire como una bailarina al haberme quitado el peso de tener que volver a estudiar la asignatura.
Hubo asignaturas que aprobé en primera convocatoria (Enero o Junio) como la complicada “Geometría diferencial de curvas y superficies” y “Análisis Matemático IV”. Otras las aprobé en segunda convocatoria (Septiembre) evitando tenerlas que repetir, como fue el caso de “Análisis Matemático III”, “Probabilidades”, “Estadística”. Pero caso aparte fue la asignatura de “Geometría Proyectiva”, lo normal era que la asignatura más repetida de la carrera fuera la de “Ecuaciones Diferenciales Ordinarias” del segundo semestre del último curso. Pero en mi caso, y supongo que el de muchos otros, la asignatura que más veces repetí (4 veces) fue la asignatura de “Geometría proyectiva”. ¿Era difícil? No. Lo que era complicado era profesor. Si todos los exámenes de la facultad eran siempre de cuatro horas, Geometría proyectiva no, era caso aparte, el examen duraba el doble, ocho horas, cuatro horas por la mañana y cuatro horas por la tarde del mismo día. Todo ello amparado por la loable idea de “así os puedo evaluar de todos los temas dados durante el curso”. Pero luego llegaba el día y todos los ejercicios eran sobre cuádricas, lo último que se explica en la asignatura. Esto unido a la idea del profesor de: “No debería de existir la convocatoria de Septiembre puesto que el alumno debería de aprobar a la primera” hacia que en los exámenes de setiembre si se presentaban 50 personas solo aprobaran 5 personas. Lo justo para llegar al 10% de aprobados, ya que en el caso de no alcanzar el 10% de aprobados el examen debía repetirse. Además como había el recargo del 10%, 20% y 30% al repetir una, dos y tres o más veces una asignatura, todo esto repercutía positivamente en las arcas de la facultad. En geometría proyectiva lo que realmente nos preparaba era para afrontar una oposición, eso y nada más.